El pasado martes, 3 de junio, tuvo lugar en la sede de la Reial Acadèmia de Medicina de les Illes Balears la sesión científica “La dimensión energética del ser humano”.

Abrió el acto el videpresidente de la corporación M. Il. Sr. Lluis Masmiquel Comas, agradeciendo a las autoridades y al público su asistencia y cedió la palabra al M. Il. Sr. Pere Riutord Sbert para que presentara el currículum del ponente.

La sesión científica fue llevada a cabo por el Sr. Marti Ribas Medina, Director General de Endesa en las Islas Baleares.
Las primeras palabras del Sr. Ribas fueron sobre el histórico presidente de Endesa y académico numerario Felicià Fuster que tituló en 1987 su discurso de ingreso en la RAMIB ‘La encrucijada energética’. ¿Cuál es la encrucijada energética de 2025? Que fue contestado por el M. Il. Sr. José Tomás Monserrat.

Seguidamente prosiguió indicando que el estado del bienestar requiere sistemas energéticos asequibles, seguros y sostenibles. El consenso científico y de organismos internacionales es claro: la electrificación limpia es la solución a esta demanda social y la base del progreso de la humanidad. Avanzar en la electrificación de la demanda de energía permitirá reducir los costes energéticos del país, reducir nuestra dependencia energética de terceros y reducir nuestras emisiones de gases de efecto invernadero.
Así mismo expuso que todavía más del 75 % de la demanda energética es fósil y, por tanto, generadora de emisiones y dependiente de importaciones de otros países. Las tecnologías necesarias para electrificar están desarrolladas, son maduras y además son infinitamente más eficientes. Electrificar, por tanto, no sólo es eliminar emisiones fósiles y ser independiente energéticamente hablando, es reducir nuestra demanda global de energía gracias a la eficiencia. Podremos hacer más con menos

El día en que Baleares haya eliminado los combustibles fósiles y alcance el 100 % eléctrico, la demanda total de energía de las Islas será la mitad.
En los últimos años en España se ha acelerado enormemente la inversión en renovables y su precio es altamente competitivo. En cambio, las inversiones en las redes eléctricas o en los sistemas de almacenamiento van demasiado lentas. Por ejemplo, las inversiones en redes eléctricas están hoy topadas por una ley de 2013 a un 0,13 % del PIB. Esta ley pudo tener su sentido en un contexto en el que España tenía que salir de una crisis económica y contener sus costes.

Doce años más tarde, en otro contexto, es una ley que frena el desarrollo económico del país y la modernización de su industria. Igualmente ocurre con la tasa de retribución financiera de las redes: España tiene la más baja de Europa y el dinero tiene tendencia a ir allí donde es mejor remunerado. Es importante que quienes tienen la responsabilidad de regular el sector energético entiendan que invertir en redes es crucial para el país y no encarece el coste de la energía eléctrica. Al contrario, el precio de la electricidad podrá bajar.
En cuanto al cambio climático explicó que en Baleares dependemos del exterior en un 96,7 % de nuestras necesidades energéticas. Los buques que a diario traen combustibles a las Islas, el gasoducto o el enlace eléctrico con la Península son nuestros cordones umbilicales energéticos. Tener una mayor tasa de autosuficiencia debe ser prioritario y la independencia energética es un valor en alza para garantizar el bienestar de una sociedad.

Además, el 93,7 % de nuestra demanda de energía final procede de fuentes no renovables. Se están dando pasos importantes en materia de despliegue de renovables en las Islas. Ahora bien, es necesario hacer más. Para ello hay que trabajar en dos direcciones: una es la implantación territorial y la otra, la viabilidad económica. El marco económico actual para desarrollar renovables en Baleares es incierto, no incentiva el almacenamiento, muy necesario para acompañar a las renovables, y sabemos que con la llegada del segundo enlace con la Península cambiará, pero no sabemos cómo. El actual escenario es un freno a la inversión y terreno abonado para la especulación. Los agentes queremos correr, pero faltan reglas para la carrera.
Para finalizar la sesión comentó que es evidente que hay que tratar de ocupar todos los espacios ya urbanizados, pero muchos estudios ponen de manifiesto que, aun priorizando el uso del suelo urbanizado, éste resulta insuficiente para acometer la descarbonización y la independencia energética.
Recurrir al uso compartido de suelo rústico es una necesidad si queremos descarbonizarnos y ser energéticamente independientes. ¿Cuánto suelo rústico necesita compartir Baleares con el sector primario para producir energía? Unas 3.500 hectáreas para llegar a ser 100 % renovables, eléctricos y dependientes del exterior en menos del 30 %. Eso equivale a un 0,7 % de la superficie total de Baleares, en la que, además, pueden y deben convivir actividades agrarias, o incluso refugios de biodiversidad, como ya está ocurriendo.

Cada cual que valore si un 0,7 % es mucho o poco, pero no supone, en absoluto, ni cubrir las Islas de paneles solares ni competir con el sector primario. A cambio, habremos dejado de emitir gases de efecto invernadero y seremos energéticamente independientes en más del 70 %.
Estamos inmersos en una necesaria y colosal transición energética cuya comprensión por parte de la sociedad es fundamental para que su despliegue resulte pacífico y aceptado.
Una vez finalizada la sesión científica se llevo a cabo el habitual coloquio entre el ponente y el público asistente.

Al finalizar el debate el vicepresidente de la corporación agradeció al Sr. Ribas su magnífica ponencia.

Puede visualizar la sesión científica en el canal de youtube de la corporación: