El martes día 2 de mayo de 2023 tuvo lugar, en la sede de Can Campaner, la sesión científica “Alteración de redes funcionales en el proceso de la enfermedad de Alzheimer”.
Abrió el acto el presidente de la RAMIB, Excm. Sr. Dr. Joan Besalduch Vidal y presentó al ponente el M. Il. Sr. Claudio Mirasso Santos.
La ponencia fue llevada a cabo por el Dr. Fernando Maestu Unturbe, Director del Centro de Neurociencia Cognitiva y Computacional de la Universidad Complutense de Madrid. Catedrático de la Universidad Complutense de Madrid.
La investigaciones del Dr. Maestu se centran en el estudio de la memoria humana y el olvido.
El ponente explicó que las redes funcionales del cerebro son la actividad neuronal, al intercambio de información o comunicaciones entre las neuronas, que es lo que sustenta la memoria, la atención o la percepción. Eso son las redes cerebrales.
A través de la magnetoencefalografía con la que se mide la actividad magnética del cerebro y las relaciones entre regiones cerebrales permite conoce en qué medida afectan a esta enfermedad. Esto nos permite saber si alguien tiene un estado patológico, normal o está iniciando un proceso de la enfermedad y en qué estadio se encuentra. El Alzheimer pasa por diferentes etapas.
Así mismo expuso que existen biomarcadores en sangre de proteínas relacionadas con esta enfermedad que se pueden obtener con un análisis. La idea es que se puedan hacer predicciones con mucho tiempo de antelación pero siempre será una probabilidad, no certera al 100 % porque en medicina, en general, ese tipo de cosas no funcionan. Todavía queda tiempo para llegar a ese punto, está en fase de ensayo clínico.
También comentó que hay personas más propensas a desarrollar Alzheimer. Se supone que los portadores del gen apoE4 tienen más riesgo, pero no tiene por qué porque no es una enfermedad genéticamente determinada, como muchas otras. Estudiamos mucho a las personas con esta genética. También nos fijamos en los familiares de los que padecen la enfermedad. Y, si juntamos estos dos factores, el riesgo se incrementa un poco más.
Referente a la edad indicó que es lo que más incide, cuanta más edad, más probabilidad. También está el mal estilo de vida. Las personas que hacen una vida sedentaria, que comen hidratos y grasas saturadas, o poca estimulación cognitiva, son más vulnerables a padecer casi cualquier enfermedad.
La evidencia dice que 150 minutos de actividad física, la dieta mediterránea y una alta actividad cognitiva protege y retrasa la enfermedad una década. Un cambio en el estilo de vida, puede modificar la tendencia. Si la media de inicio del desarrollo del Alzheimer son los 75 años y lo retrasas una década, igual no la padecerás. De media nos morimos a los 85.
En la ponencia también habló sobre los tratamientos y la posibilidad de curación. Ninguno de los tratamientos que están en el mercado y se investigan dan visos de que se cure. El fármaco Lecanemab es el último aprobado en EEUU y tiene un 25 % de eficacia que es una cosa muy baja pero se admite porque no tenemos nada más. Puede retrasarse con fármacos y un buen estilo de vida.
Hay una serie de proteínas problemáticas como la beta amiloide y la tau, en las que se han fijado siempre las terapias, que cuando están alteradas o se acumulan pueden tener efectos tóxicos sobre la actividad cerebral. Su presencia altera las redes y hay una muerte celular progresiva y pérdida de memoria.
En cuanto a la evolución de la enfermedad comentó que hay un estadio preclínico de personas normales con vida normal, sin síntomas, pero sí características neuropatológicas. Después se llega al estado clínico con problemas de memoria y biomarcadores ya alterados, y finalmente el estado de demencia.
La ponencia fue seguida con gran interés por el público asistente finalizando con el habitual coloquio entre el público asistente y los intervinientes.
Puede visualizar la ponencia en el canal de youtube de la corporación clicando en el siguiente enlace: